Cuatro consejos para hablar con empleadas embarazadas sobre la vacuna

A lo largo de la pandemia, ha quedado claro que el rol de RR. HH. ha cambiado. Los líderes de personal han tenido que tomar la iniciativa en iniciativas sin precedentes como la transición al teletrabajo, el regreso a la oficina y las políticas de vacunación.

Ahora que las vacunas están clínicamente probadas como seguras para las personas mayores de 5 años, la vuelta a la normalidad está más cerca que nunca. Sin embargo, algunos desconfían de los mandatos, y abundan las dudas sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas, especialmente entre una de las poblaciones más vulnerables de su organización: las embarazadas.

La reticencia a las vacunas aumenta entre las embarazadas

Para los equipos de RR. HH., la reticencia a vacunarse supone un reto especialmente difícil por diversas razones. No solo es un tema difícil de abordar, sino que hay mucho en juego: no se debe juzgar ni aislar a ninguno de los empleados, ni obligarlos a tomar una decisión sobre su salud sin un mandato.

El hecho es que solo el 26% de las personas embarazadas han recibido al menos una dosis de la vacuna, en comparación con 66% de los adultos a nivel nacional . Los estudios demuestran que embarazadas tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente debido a la COVID-19. Esta disparidad existe a pesar de las claras directrices clínicas de los CDC , ACOG y la SMFM , que recomiendan a las embarazadas vacunarse para su propia salud y la de sus hijos por nacer. Entonces, ¿cómo se puede abordar una discusión tan tensa? Empieza con los hechos.

Una nueva encuesta revela la historia

Maven encargó una encuesta a 500 mujeres embarazadas residentes en EE. UU. para comprender cómo toman decisiones sobre la vacuna. Los resultados mostraron conclusiones claras que pueden orientar las conversaciones con sus empleados:

• El 61% de los encuestados desconocía las últimas directrices de los CDC para embarazadas.
• Casi el 70% de los encuestados dijo que al menos una fuente les sugirió que evitaran recibir la vacuna contra la COVID.
• El 68% de los encuestados afirmó que no planea recibir la vacuna durante el embarazo.
• El 36% de los encuestados afirmó que nunca planea vacunarse.
• El 28% consideró que faltaba información suficiente sobre los efectos de la vacuna.

El problema es claro: las personas embarazadas tienen menos probabilidades de vacunarse que las que no lo están, y gran parte de su reticencia se debe a la preocupación por la salud de sus futuros hijos. Reciben información contradictoria y opiniones contradictorias de amigos, familiares y profesionales médicos. ¿Qué implica esto para los equipos de RR. HH.?

1. Escuche primero y tenga empatía.

Las embarazadas suelen verse inundadas de ideas y opiniones contradictorias sobre qué es lo mejor para ellas y su hijo: los profesionales de la salud, la familia, los amigos, las redes sociales, los compañeros de trabajo y las noticias influyen en la información que reciben. Recuerde: su objetivo es ayudarlas a tomar la mejor decisión para ellas y su familia.

Comienza la conversación escuchándote: si acuden a ti con sus inquietudes, ya sea sobre un posible mandato o porque buscan consejo, es fundamental que crees un ambiente seguro para que compartan sus ideas y opiniones. Ten en cuenta que ser padre durante una pandemia mundial es una experiencia increíblemente estresante y que, en general, todos los futuros padres desean lo mejor para su hijo por nacer.

Leer más: Neel Shah, director de marketing de Maven, habla sobre cómo hablar con mujeres embarazadas sobre la vacuna

2. Comunique sus políticas con claridad

Si su organización está diseñando políticas sobre la vacuna y el regreso a la oficina, ya sean obligatorias, sugeridas o recomendadas, asegúrese de comunicar claramente cuáles son sus expectativas para que las personas embarazadas tengan el tiempo y los recursos para hacer los preparativos adecuados.

Al igual que los padres que trabajan, las personas embarazadas tienen necesidades y perspectivas únicas sobre cómo será regreso a la oficina y necesitan tiempo para adaptarse a los cambios importantes en su estilo de vida mientras se preparan para la de su bebé. Asegúrese de que sus empleados conozcan sus beneficios y puedan aprovechar sus ofertas de salud y bienestar, estén o no relacionadas con las vacunas.

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3. Proporcionar educación y acceso a recursos.

Según nuestra encuesta, más de la mitad de las personas embarazadas desconocen las directrices clínicas actuales sobre la vacunación. La desinformación sobre la vacuna , ya sea intencional o no, es desenfrenada y muchos de nosotros estamos sujetos a sus efectos.

Proporcione a las empleadas embarazadas recursos clínicamente verificados de instituciones confiables. Evite artículos de noticias, sitios de opinión o publicaciones en redes sociales, ya que podrían proporcionar involuntariamente información engañosa o incorrecta a las embarazadas. Algunos recursos útiles incluyen:

• Página de preguntas frecuentes sobre la COVID-19 de Maven
• Declaración de los CDC sobre la salud durante el embarazo
• Recursos de la SHRM sobre la vacuna contra la COVID-19

4. Abordar las barreras a la atención perinatal de alta calidad

Más allá de las conversaciones iniciales, es importante que su organización considere los problemas subyacentes a la reticencia a las vacunas: la falta de confianza de los padres en sus proveedores e instituciones médicas. La disminución de la disponibilidad de atención médica entre los grupos desfavorecidos, el aumento de disparidades en los determinantes financieros y sociales de la salud, y el fragmentado sistema tradicional de atención materna contribuyen a un entorno en el que las madres embarazadas a carecen de acceso la atención que necesitan para tomar las mejores decisiones para sus familias.

Ofrecer a los futuros padres, aspirantes y actuales padres en su lugar de trabajo una solución de atención familiar virtual como Maven puede brindarles acceso las 24 horas, los 7 días de la semana a especialistas en salud familiar, que pueden guiarlos en su camino hacia la paternidad con atención confiable y culturalmente humilde, así como información clínicamente examinada.

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