Un poco de preparación antes del inicio de clases es una buena idea. ¿Mochila nueva? ¡Listo! ¿Recipientes reutilizables para el almuerzo? ¡Listo! ¿Cartel del primer día para sostener? ¡Listo!
Esos son los pasos divertidos que ya has aprendido. Pero cuando se trata de preparar emocionalmente a tu hijo para la escuela, las estrategias pueden parecer menos obvias. Usa las siguientes ideas para asegurar una transición fluida de las vacaciones de verano a la vuelta a clases.
Ve al patio de recreo
En lugar de ir a su parque de siempre, vayan al del colegio de su hijo. Es una forma divertida de que se sienta más cómodo en su escuela. Incluso si regresa al mismo colegio que el año pasado, pasar tiempo en ese parque puede recordarle los buenos momentos que puede pasar allí. ¿Quieres que sea aún más divertido? ¡Invita a un compañero a unirse!
Reiniciar la rutina de la hora de dormir
Después de muchas semanas de solo levantarse para ir al campamento, de vacaciones o a pasar días tranquilos en casa, es probable que tu hijo se acueste y se despierte más tarde. Y no te preocupes, no esperes que vuelva a su rutina de dormir de la noche a la mañana. Ve adaptándose poco a poco, empezando al menos cinco o siete noches antes del primer día de clases.
Configurar las comidas en piloto automático
Si el desayuno transcurre sin contratiempos, también lo hará el resto de la mañana. Habla con tu hijo sobre sus preferencias y pídele que elija una o dos opciones. Lo mismo ocurre con el almuerzo (si lo lleva al colegio) y las meriendas. Para que se comprometan, pídeles a los niños mayores que vayan al supermercado contigo a elegir los productos acordados.
Haz una prueba
Una vez que sepa a qué hora llega el autobús, trabaje hacia atrás para determinar cuándo debe despertar a su hijo.
Considerar:
- ¿Cuánto tiempo tarda tu hijo en desayunar?
- ¿Cuánto tiempo les tomará vestirse, cepillarse los dientes y el cabello?
- ¿Tu hijo decidirá qué ropa ponerse la noche anterior o esa misma mañana? Pista: ¡La respuesta correcta es la primera!
- ¿Cuándo y quién prepara los almuerzos para llevar?
- ¿También necesitarás estar listo para el día o tendrás tiempo de ir a casa después de que llegue el autobús?
Elige una mañana para hacer una prueba completa. Después, evalúa qué funcionó y qué no. Ya que ya están vestidos y listos para salir, sorprende a tu hijo con una visita al zoológico o al acuario, o aprovecha el tiempo para probar el patio del colegio.
Piensa más allá de la primera semana
La segunda o tercera semana puede ser más difícil que la primera porque la emoción del nuevo año escolar se ha disipado. Así que no te sorprendas si tu hijo dice: "No quiero ir a la escuela" después de una primera semana exitosa. Recuérdale su resiliencia. Dale abrazos y caricias, escucha sus preocupaciones y asegúrale que sus sentimientos están bien.
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