Puede que las festividades sigan siendo las mismas en el calendario, pero las reuniones cambian con el tiempo. De niño, esperabas con ansias el pastel de manzana de la abuela. Ahora eres quien lo trae!

Un cambio que quizás no esperabas: Ser padre o madre en estas reuniones puede ser estresante. Quizás tengas un primo que juzgue tu estilo de disciplina, o la hora de entrada coincida con la siesta de tu hijo pequeño. Además, ¿qué comerá tu hijo en edad preescolar? ¡Así no es como imaginabas que serían estas ocasiones como padre o madre!

La buena noticia: Las fiestas no tienen por qué ser sinónimo de drama! Sigue leyendo para entender qué te molesta de las reuniones familiares de antes y de ahora, y cómo afrontarlas.

Cuando te sientes juzgado

La situación: Tu hermana, que no tiene hijos, le dice a tu hijo cómo comportarse. O tu hermano lo culpa cuando era su hijo quien le pegaba.

El punto débil: Un padre que intenta disciplinar al hijo de otro padre es prácticamente una receta garantizada para el desastre.

Tomar medidas:
Dile a tu hermano: «Sabes qué, hermanita, yo me encargo de esto. Voy a hablar con él». Esto le demuestra a tu hijo que
defenderás y que aún esperas que se porte bien.

Diles a los niños: Cuando los primos pequeños se peguen, rediríjanlos de una manera que no los juzgue y que no culpe a ningún niño en particular. "Oigan, chicos, parece que este juego no funciona. Parece que tenemos muchos desacuerdos. ¿Qué más podemos intentar?"

Dítete a ti mismo: “Puede que no esté de acuerdo con mi hermano/tía/primo en cuanto a la disciplina, pero aun así puedo estar contento de pasar tiempo con ellos en Acción de Gracias”. Recuerda, no puedes controlar a tus familiares, pero sí puedes controlar cómo les respondes.

Cuando tu hijo está aburrido

La situación: Tu hijo no tiene a nadie de su edad con quien jugar y te pide tiempo frente a la pantalla. Sus primos mayores ya están con sus teléfonos.

El problema: Los padres a menudo suponen que eventos como el Día de Acción de Gracias no interesarán a sus hijos, pero darles tiempo frente a la pantalla significa que no tendrán la oportunidad de intentar conectarse con otros en la reunión.

Tomar medidas:
Lleva juguetes, como
o Magnatiles. Un juego grande de bloques es el juguete que une a primos adolescentes y pequeños. Incluso los niños que normalmente no juegan solos con Legos pueden hacerlo en grupo.

Elige un regalo. Haz tu hijo le regale un juguete a primo pequeño. Tu hijo mayor puede enseñarle a jugar con el juguete.

Fomenta la conversación informal. Reta a tu hijo a saludar a 5 o más personas. Sus familiares mayores estarán encantados cuando tu pequeño se acerque y les pregunte "¿Cómo estás hoy?" o "¿Puedo llevarte tu plato?", y tu hijo se sentirá orgulloso de sí mismo.

Hagan una búsqueda del tesoro conversacional. Los niños pueden hacerlo solos o pueden formar parejas. Pídanles que busquen respuestas de los invitados. Ideas: ¿Quién cumple años el mismo mes que tú? Busca a dos personas a quienes les guste más el pastel de calabaza que el de manzana. ¿Quién viajó más kilómetros para asistir a la reunión de hoy?

Cuando la comida es estresante

La situación: Sabes que tu hijo no querrá ninguna de las comidas que ofrecen en la casa de la abuela.

El punto clave: Hay una razón por la que hay tantos memes graciosos sobre niños que solo comen panecillos en ocasiones especiales. ¡Es cierto! ¡Quizás incluso tú eras así de niño!

Tomar medidas:

  • Alimenta a tu hijo con anticipación. Si toma un desayuno o almuerzo sólido, no tendrás que preocuparte de que coma lo suficiente en la comida.
  • Quítate la presión. Lograr que tu hijo sea más aventurero con la comida es un gran objetivo, pero no en medio de una reunión familiar. Si tu hijo dice que no, no le des las gracias a un alimento, ignóralo sin emociones negativas ni presión. Y consulta nuestro tema sobre niños quisquillosos con la comida para inspirarte en otra ocasión.
  • Sorpréndete. A menos que tu hijo tenga alergias o problemas médicos, no le prepares una comida aparte. Si le has dado de comer de antemano y hay algo que comerá (por ejemplo, pan), aguantará el día. ¿Y quién sabe? ¡Quizás tu hijo te sorprenda y pruebe la salsa!

Cuando la hora de dormir es complicada

La situación: La comida es demasiado cerca de la hora de dormir de tu hijo o en medio de su siesta.

El punto clave: La buena noticia sobre este problema es que sólo dura los primeros años de vida de tu hijo, pero durante ese tiempo puede ser el problema más grande y difícil de todos.

Tomar medidas:

  • Confía en tu instinto. Tú conoces mejor a tu hijo. Si saltarse una siesta le dificulta muchísimo el resto del día, dile al anfitrión no puedes ir a la 1 p m., pero que puedes ir a tomar el postre más tarde. O si la comida es a las 6 p. m. y tu hijo tiene un margen de tiempo para acostarse a las 7:30 p. m. o nunca, no dudes en ir una hora a saludarlo y comprar platos para llevar.
  • Ignora los comentarios. Es cierto que algunos familiares con hijos mayores pueden haber olvidado cómo son los primeros años con niños no duermen. (Aunque no lo creas, ¡quizás algún día te pase lo mismo!) Así que no te lo tomes como algo personal si dicen: "¡¿Tu hijo no puede saltarse una siesta?!" o "¡Uf, qué padres tan estrictos!". Recuerda que estos comentarios pueden ser la forma en que un familiar lidia con las emociones del cambio y la edad.
  • Pónganse de acuerdo. Tanto si quieren saltarse la hora de dormir como si no, háblenlo con su pareja de antemano. De lo contrario, podría discrepar en ese momento y decir: "¿Qué tiene de malo que se salten la hora de dormir esta vez?". No es divertido resolverlo delante de todos. Al hablar con antelación, ambos tendrán la oportunidad de compartir cómo les gustaría que fuera la fiesta y llegar a un acuerdo que ambos apoyen.

¡Repasemos!

  1. ¡Ser padre en reuniones familiares puede ser sorprendentemente estresante! Puedes sentirte juzgado o desconectado de la forma en que otros crían a sus hijos.
  2. Rara vez sale bien cuando otro adulto intenta disciplinar al hijo de otro padre.
  3. Si tu hijo no tiene a nadie de su edad con quien jugar, lleva juguetes. Invítalo a una "búsqueda del tesoro" para fomentar la interacción con familiares mayores.
  4. No te preocupes por la comida. Dale a tu hijo una comida abundante con antelación si te preocupa que no coma mucho. Ofrécele todos los alimentos de la mesa sin presionarlo. ¡Tu hijo podría sorprenderte!
  5. Si tu hijo necesita dormir, no te sientas culpable por salir temprano o llegar tarde a la comida.

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